Otra despedida

Hace unos 4 meses mi hermana escribió un post en su blog que tenía que ver con algo que vivió conmigo; yo había terminado mi "relación" con alguien y estaba en el punto de llorarle y darle luto a la situación. Acostada en mi cama en Cuernavaca, además de sentir un pequeño dolorsito en el corazón y la garganta apretada con tantas cosas que me faltaron decir, sentía mis lágrimas caer de mis ojos a mis cachetes y de mis cachetes a la playera de mi hermana (quien me abrazaba fuertemente con un amor infinito y cara de ternura). Recuerdo lo bien que sentí estar al lado de ella esa noche, me calmó muchísimo, simplemente con su silencio me sentí sostenida y amada, no necesitaba nada más. Me acuerdo de ese día y me da una pequeña sensación de tristeza porque dolió, pero a la vez también de orgullo porque siento que manejé la situación de una muy buena manera y ahora estoy bien, no más lágrimas por él.
Ahora no hablo de una depedida mia, si no de una de mis mejores amigas la cual le está haciendo frente a uno de esos "finales que no hacen justicia a las historias que cierran" (tuve que citar lo que mi hermana escribió sobre mí pues amo como escribe y además creo que es la mejor manera de explicar lo que quiero decir). Ya no tengo más palabras alentadoras que decirle, no puedo decirle más veces lo buena novia que fue y lo afortunado que será el próximo de tenerla, no puedo decirle más veces que él se arrepentirá y que él es el que se la pierde; lo único que puedo hacer ahora es seguir abrazándola, en silencio, con una caja de kleenex de un lado y un té del otro, sabiendo que es sólo una fase, que es sólo un momento, pero ay cómo duele el no saber cómo es que llegaron a ese punto pero que ya todo terminó.