sábado, 28 de noviembre de 2009

Beauty in the breakdown


La última semana ha sido compleja y dolorosa. He estado de un humor triste donde muchas cosas me hacen llorar.
Hace unos días me pasó algo que me permitió ver esa belleza que existe aún en los momentos dolorosos.
Me subí al autobus para regresar de la uni a mi casa y me senté en un asiento para personas mayores y discapacitadas. Es un autobus de puros estudiantes entonces basicamente te puedes sentar donde quieras. En la primera parada se subió una mujer mayor y me pareció prudente levantarme y dejarle mi asiento. Ella muy linda me dijo gracias y se pegó a la pared para dejarme un espacio y así poderme sentar yo también, así que me senté y compartimos el asiento hasta llegar a la última parada donde las dos nos bajamos. Como siempre yo llevaba mi ipod puesto y de pronto sentí el brazo de alguien tomando mi brazo, así que me quite los audifonos y volteé. Era ella, quien me empezaba a hablar como si fueramos amigas. Me dijo "¿vives por aquí? yo no tengo compañeras que vivan por aquí", yo ilusa pensé que se refería a compañeras de trabajo o compañeras de alguna asociación, pero de repente me preguntó "¿y tú que estudias? y le dije "psicología" y me contestó "yo antropología" entonces supongo que hice cara de sorpresa y me dijo "yo tengo una buena amiga psicóloga, se llama (no me acuerdo) ¿no la conoces?" le dije que no y siguió hablando. Me preguntó que de dónde era, qué hacía en España, si me gustaban mis clases y ella me contó que su hijo es escritor y que hace unos años él le dijo que en algún momento se comenzaría a aburrir si no se metía a hacer algo. Entonces decidió que era buen momento para empezar una licenciatura en Antropología. Ahora, años después y con 83 años, María Antonieta estudia el doctorado y el brillo de sus ojos cuando me hablaba de lo mucho que le gusta lo que hace hizo que al momento de despedirme se me salieran lágrimas de emoción.
Así quiero ser cuando sea viejita, quiero tener esa chispa y esa motivación por algo, quiero poder impresionar a una persona de 21 años y poderle enseñar que la vida va mucho más allá de lo que ven sus ojos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Va mucho mucho más allá. Ojalá ninguno de nosotros nos quedemos sentados a esa edad viendo pasar la vida.
Un abrazo.

p.d. qué envidia que estés por allá, jeje.

Nathalie dijo...

topooooooo! no, no lo haremos...espero que estemos haciendo algo muy muy cool.
muchos besooooos espero que todo vaya de pelos